Descubrí mi pasión de ayudar a la gente a encontrar respuestas en sus propios marcos de referencia, tengo más de 30 años en el medio y estoy muy dedicada a la capacitación y al coaching ejecutivo. Amo mi trabajo y realmente creo que es un privilegio.

Una empresa ideal es la gente, los trabajadores, los colaboradores que orgullosamente se sienten privilegiados de pertenecer a ella. Yo creo que una empresa que tiene esa capacidad de transmitir la importancia del trabajo a cualquier nivel, sea el director o sea operador, es una empresa que va a generar lealtad y qué va a ser un ejemplo a seguir para todas las familias a las que toca.

El empresario ideal tiene que ser una persona con visión de negocio, con entendimiento del medio ambiente, pero también creo que tiene que ser una persona que tenga una mística personal de dejar un mundo mejor y no solamente hacer dinero por hacer dinero. 

Sonrío ante la resiliencia porque es una palabra que la pandemia puso de moda, pero que ha existido siempre. 

Yo creo que sí nos preocupamos más por el mundo en el que vivimos y por la calidad de vida que tenemos, por el bienestar de cada uno de nosotros, podríamos tener un mundo con gente más feliz. Para mí es la gente la que tiene el potencial de cambiar el mundo, de hacer cosas diferentes, de emplear y generar ingresos para más personas. Requiere valentía, atreverte a romper paradigmas, hacer las cosas diferentes, buscar nuevas alternativas, para que cuando te caigas te levantes. Si una idea es loca, trata, si crees en lo que estás haciendo, organízate, persiguelo, infórmate y trabaja por ella. Yo creo que un empresario tiene que tener cuidado en tantos detalles, que a veces se pierde y olvida las pequeñas cosas que son importantes, Yo siempre voy a dar el enfoque hacia la gente. O sea ,no va a hacer un negocio, si no hay quien haga con ellos esta capacidad de inspirar a los demás a seguir sus ideas.